lunes, 8 de noviembre de 2010

Regreso a casa

la cinta metálica escupe maletas de todos los colores , espero ahi, mirando como desfilan ante mis ojos, cascabelenado, me hacen recordar aquella culebra de madera que tenía mi tío Rafael y que hacia moverse frente a mis ojos.
Asi mismo cascabelean las maletas a mis pies. Hace 29 días pasaba lo mismo, solo que eran otras cintas metálicas y otro aeropuerto. El nerviosismo, distinto; la piel me sudaba de diferente manera, los ojos cargados de emociones.
Emociones a lo desconocido, a no saber que pasaría desde ese punto hasta todos los puntos que convergerían , poniendo todo en su lugar, al tiempo que me halarían para ponerme en mi lugar.
Me fui de negro y rojo apagado y regreso de jeans y fuchia, con el semblante mas despejado y el pelo mas largo. Las maletas pasan a mi lado y las tomo..detrás mio he mirado como mi familia espera por mi y les sonrió como reconociéndoles o permitiendo que me reconozcan.
Parece que fue ayer cuando sentada  aquí mismo, le contaba de las penurias a juan, sobre las condiciones que se ponen para entrar al país. parece que fue ayer que mirando la cara de ricardo lloraba a mares pensando que el viaje finalmente no se realizaría.
El sueño me había abandonado por completo, Aranxa es mi conciencia y me pone en el lugar correcto. este viaje es un regalo que a la larga ,pero espero que corta temporada, nos tendrá al borde de la ruina monetaria total. Ellos dicen que solo es dinero, pero para mi eso no es lo único, y es simple decir el dinero va y viene, y se paga cuando hay que pagarlo. El dinero tiene peso fuerte en esta casa y me imagino que en todas las casas. Pero como acá el dinero pasa por mis manos y son mis manos las que deben hacerlo rendir, ya me imagino la de penurias que pasarán no solo mis manos, sino mis condiciones de vivir.
Los brazos de mis hijos se ciernen a mi alrededor, me besan la mejilla y me susurran todo lo que me extrañaron. Ruben se acerca a mi y me tal abrazo que siento que quiere traerme de regreso de inmediato, como si entendiera lo que paso. Mi hermano Beto, está lo mismo que mis hijos, ahi, me abraza y me besa. Mi hermano menor, todos mis hermanos son menores.
He llegado a casa, con una hora de retraso. En la ciudad de México, un día antes, estuve durmiendo en casa de Iliana y hemos charlado de todas las cosas, nos parecemos tanto...la miro y pareciera que me miro, ella es mucho más joven que yo, y su acento es distinto al mio, se sonríe, me sonrió. Ella fue por mi al Benito Juárez y salimos a la calle pretendiendo llegar pronto, pero hechas unos líos en las enramadas del tren y entonces recordé otro tren que tomé allá por el barrio de....allá por Bilbao. que camino tan silencioso fue aquel recorrido, de cuando en cuando una voz me hace notar algún nombre de calle o de barrio y me indican hechos especiales de tal o cual lugar. Los ojos se cruzan y miro mas allá del rostro, las sonrisas son amplias y afectivas, mientras hacen notas de humor negro.
En este tren vamos atentas a los símbolos pegados en la pared del tren, yo lo desconozco todo, pero Iliana si alcanza a ver y a entender. Ya hace rato que anocheció y el frío empieza a arreciar. Me sorprenden los pies descubiertos de Iliana, siempre me han dicho que el frío entra por los pies, no sé si sea cierto. Hablamos , somos muy parlanchinas, me encanta la idea de pasar la noche en su casa, conocer a su madre y a su hermana y de pasada a Don alfonso, pero esa noche solo miré de paso  a Gaby, pero conocí a lalito y al chino... el chino que mucho antes de saber el nombre que ella le había puesto, le quería como dueña, pero al escuchar el nombre de inmediato cambió de idea y de dueña, hicimos migas, dicen que los animales saben y sé que el chino sabe.

Me quedó fría de tan cansada que estoy, y despierto a las 4 de la mañana, y me acuerdo de la llamada que estando en Madrid recibí a las casi 4 de la mañana y que me sacó de la cama para ir a recorrer una ciudad  que ni duerme ni despierta. Ese paseo significa mucho para mi , porque Manu tuvo que esperar a que su jefe durmiera para recorrer el camino que lo trae desde Caceres y en cuanto me deje en el hotel , deberá regresar por donde vino para regresar al trabajo. Me regala la punta de un cuerno...lo traigo en la bolsa del pantalón, y ese peso me recuerda a otro de un dije que caminando por los caminos grises y viejos al norte de España, alguien puso en mi mano
En Madrid encontré a mi amigo, que lejos de ser lo que era, supe exactamente quien era...pocas como éstas se me presentaron por el camino,  y sumando ésta, no pasan de tres visiones encontradas, es un scord muy bueno.
Por el camino al aeropuerto, el colombiano que lleva el taxi, aprovecha la oportunidad y me da el sermón del día, yo le dejo hablar y reflexionó con él, sé, por raro que parezca como se siente al hablarle a un desconocido acerca de Dios, lo hice muchas veces cuando era más joven, hasta que decidí , que si alguien quería hablar de Dios se acercará a los expertos. Y ese colombiano me dio a saber que Dios estuvo conmigo hasta el último metro que tomé por España, cosa que yo ya sabía. 
La noche está fría, la carretera oscura, de vuelta al olor tan conocido de mi tierra, a los mismos sonidos apagados que llevo tan pegados a mi piel y a mi conciencia, rodeado de los seres que amo y que sé me aman. En sus ojos brotan la luz que soñé tantas noches
Por la mañana desayunamos e hiciimos sobremesa, la madre de Iliana está ahi con nosotras escuchándonos y me hizo recordar a la madre de Carmen y el beso que me dio en las mejillas, y el beso que le di en la cabeza, dejando en esa pieza que comparte con su hija, el sentido de amor que me han hecho sentir ambas. Y recordé a otra madre, a la esposa de José Manuel que pasa las mañanas metida en la cocina y que renace con las sonrisas de su nieto, su fortaleza me sorprende y me alegra, es una joven que ama y defiende a sus hijos con los dientes. Y luego pasé a Ronda donde conoci a la madre de Any, una mujer  observadora  que permanece en silencio, cuanto la ama any.
La vida está llena de madres, incluso yo soy una más. Y no importa en que latitud del multitud sea, las madres somos idénticas todas.
Tengo hambre, para mi cuerpo son las 8 de la mañana, aunque el reloj marquen las 12 de la noche. Aranxa quiere comer tacos y Joshua ya está harto de comerlos. 
- que bueno bueno que regresaste, mami mocha...a ver si ahora ya comemos menos tacos y menos pollo.


Mi nieto entra por al puerta y se me echa en brazos. está lleno de preguntas, que si porqué  me tardé tanto tiempo, que si tengo que regresar, que como es España, que si me gusta más que chihuahua,  que si lo extrañe. que si en que parte del avion viajé, que si le traje su tren español con vias, que si santo claus le traera un tren mas grande, que le haga agua de sabor y que si le puedo contar el cuento de las ovejiitas. Incluso se ha sentado en mis piernas mientras me dice
- ahora si abuela, pon la cámara y tómame fotos.- mirándome a la cara me pregunta-,  ¿en serio , te subiste en una moto abuela? ¿ qué tengo que decir cuando les enseñe mi tren español con vías? ¿Puedo contarles que estabas en españa?....¡ya no te vayas abuela que te extraño mucho!

Estoy en casa...pronto deberé regresar todas las partes que deje regadas por España, no creo haberme sentido tan incompleta en toda mi vida.